¿ES NECESARIO QUE SE CUMPLAN PENAS DE CÁRCEL?

La pena de cárcel no tiene un objetivo único. Tiene muchos. Por ejemplo, la condena ante un delito tiene un primer y primordial propósito: proteger a la sociedad de un miembro que ha demostrado ser peligroso mediante su reclusión.


Tiene también la finalidad de castigar a ese miembro peligroso por la falta cometida, con esto se busca un doble efecto a su vez: 1. el enseñar a los demás delincuentes –o personas que se planteen cometer este delito sin ser delincuentes- que lo ilegal se paga, con el objetivo de disuadirlos. Y 2. enseñar al delincuente sentenciado eso mismo: que el delito se paga a ver si por éstas aprendiera. Es muy importante dar cumplimiento a este requisito para evitar el llamado efecto llamada como podéis ver en este enlace titulado: “Las bandas rumanas eligen España porque les parece un “paraíso para delinquir”. (http://blogs.periodistadigital.com/emigrantes.php/2009/06/15/rumania-bandas-criminales-mafia-espana-8889). Hay múltiples enlaces similares en Google.


Por supuesto, la pena de cárcel tiene la necesidad de resarcir en lo posible a las víctimas. Digo víctimas porque aunque el delito se cometa sobre una sola persona –por ejemplo una violación- las consecuencias del mismo se padecen por todo el núcleo que rodea a la víctima. Y a ese núcleo suele ayudarle saber que la persona responsable del mal que les aflige está entre rejas. Además las penas suelen tener un componente material –económico- englobado dentro de este concepto.


Por último la pena de cárcel, -o mejor dicho a través de la condena- buscará reeducar al delincuente para que se reintegre en la sociedad.


A mi juicio, el sistema penitenciario español deja mucho que desear para satisfacer algunos de estos objetivos. Parece, al menos visto desde la perspectiva de un ciudadano de a pie no demasiado entendido en cuestiones legales, que se prefiere dar preponderancia a la reintegración del delincuente sobre todos los demás factores. Y hacen bien, porque si vas a soltar por buen comportamiento a narcotraficantes, asesinos, violadores, terroristas… cinco, diez o mil años antes de lo que dice su condena más nos vale que se hayan reintegrado y renuncien realmente a su vida delictiva.


Y sin embargo estas reintegraciones no se consiguen con tanta frecuencia como algunos quisieran. Y, de todas maneras, aunque así fuera, la pena tiene otros objetivos que deberían ser también satisfechos. La filosofía preponderante parece ser la de que como a la víctima de un asesinato no podemos recuperarla, vamos a intentar recuperar al asesino por todos los medios. En mi opinión es una forma errónea de pensar. Está bien querer recuperar al asesino, pero el asesino me demostrará que merece ser reinsertado cuando su arrepentimiento le lleve a no querer ser realmente reinsertado. A querer cumplir su condena de forma íntegra. Él mismo se dará cuenta de que ha segado una vida, y que por ese hecho verá claramente que veinte años de cárcel no es una condena muy larga.


No sé si habéis visto Siete Vidas. Por si acaso no la destriparé. Pero a los que la hayáis visto sabréis a qué me refiero: el personaje de Will Smith demuestra estar realmente arrepentido.

Las estadísticas dicen que hay mil quinientas violaciones perpetradas por menores al año en nuestro país. Mil quinientas. Más de tres al día. Muchos de los autores de esas violaciones se van de rositas. Como se fue de rositas "el Rafita" uno de los que comentieron la atrocidad aquella sobre la pobre Sandra Palo. Veamos qué ha ocurrido con “El Rafita”.

http://www.belt.es/noticias/2003/julio/31/sandra.htm ,

http://www.elpais.com/articulo/espana/Rafita/deja/centro/menores/cumplir/anos/libertad/vigilada/elpepuesp/20070627elpepunac_5/Tes ,

http://www.abcdesevilla.es/20090621/andalucia-andalucia/detenido-rafita-asesinos-sandra-20090621.html ,

http://www.abc.es/20090623/madrid-madrid/juez-deja-rafita-libertad-20090623.html .


En un artículo de ayer de El País se decía que no debíamos legislar sobre este tema en caliente. ¿En caliente? Con mil quinientas violaciones lo que estamos es acostumbrándonos. Sin embargo el mismo diario tiene una encuesta preguntando sobre si rebajar la edad penal en delitos más graves. Y un abrumador 80% de sus lectores te dice que sí. De los lectores de El País, ojo.

Existe una clara impunidad para estas personas de edad poco avanzada. Una impunidad que es aprovechada por ellos y por otros adultos que los utilizan para cometer delitos. Yo desconozco qué clase de responsables de mente preclara nos proporcionan este panorama judicial –recuerdo que los jueces, mejor o peor, se limitan a aplicar las leyes aprobadas por nuestros queridos políticos-, pero imagino que las mentes preclaras hacen las leyes de esta guisa tan incomprensible porque todos ellos temen verse algún día con la espada de la Justicia rondando su gaznate, así que prefieren que lel filo de la hoja esté lo más oxidada y mellada posible.


¿Debe la sociedad, ya que de los políticos no podemos fiarnos, permitir esta impunidad cuando está claro que cada vez son más los delitos –algunos horribles- perpetrados por estos delincuentes juveniles? A mi juicio no. No sólo porque unos padres no tengan que sufrir lo que están sufriendo los padres de Sandra Palo, o Marta del Castillo, al ver campando libremente a los autores de la masacre sobre sus hijas, sino por simple autoprotección de la misma sociedad. A fin de cuentas ése debería ser el principal objetivo de las penas de cárcel: protegernos frente a los que no aceptan las normas que nos hemos dado y que los demás respetamos.