AÑO NUEVO

De habitar en el centro de la duda

se ha convertido en mi propia certeza,

en la que aguardo, lleno de entereza,

otra suerte, otra voz que aún sigue muda.


Y aunque intente trocar tanta tristeza

que, en las horas amargas, mi alma exuda,

sé que no voy a lograrlo sin ayuda,

y que el afán va ahogándose en tibieza.


Y entre tanto intentar querer hacer

sin saber cómo; y tanto comenzar

para volver de nuevo al mismo lado…


de este año sólo queda agradecer

el tiempo, aunque será para acabar

pasando igual que ya pasó el pasado.

4 comentarios:

DULCINEA dijo...

ME GUSTA MUCHO AUNQUE ES UN POCO TRISTE.

Epistolista dijo...

Gracias. Supongo que sí lo es.

DULCINEA dijo...

EN PARTE LA POESIA NACE DE LA PROPIA EXPERIENCIA.¿ES ESTE EL CASO?,ME GUSTARIA SABER QUE ES LO QUE TE HA INSPIRADO A ESCRIBIR ALGO ASI...

Epistolista dijo...

Todos tenemos nuestros propios demonios, nuestras debilidades, con las que luchamos con mayor o menor éxito, pero a las que nunca derrotamos por completo... Este soneto habla precisamente de eso, de la tristeza que provoca el no lograr vencer, y el volver, una y otra vez, al mismo campo de batalla, en el que unas veces ganas y otras pierdes...